Viene de a ratos, juega un poco y olvida su suerte en el sofá, sonrisa floja, le pide permiso a la calamidad para burlarse un poco de mí, con sus labios morados de un rancio vino tiñe pequeños percances al soñar, ronronea descalza la muy linda y devora otro trago más, rifaría mi cuello por ella y por ese oportuno humor que nos venció siempre.
Un beso.
ResponderBorrarBonito blog.
Gracias por tú visita Amapola.
BorrarAbrazo.
Tibio y húmedo... de los buenos.
ResponderBorrarAbrazotes.
Usted lo ha dicho estimado Borja.
BorrarAbrazo.