jueves, 25 de junio de 2015

El colaboracionista






Estamos de pie en el deshielo de la noche, en el puesto centinela más alto, justo en el límite con los caídos, es una maraña de consuelos rotos difíciles de limpiar, como un llanto, como un siamés imaginario. Un falso testigo colabora en todo esto me revelan en voz baja, se asemeja a un difunto deletreando olvido, envío rápidamente el mensaje del prometido... “Aquí en el borde solo se observan restos de botes hundidos”.






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